?Aparecer? un “aqujero negro” en la Pen?nsula Ar?biga?, o la situaci?n en Yemen

Опубликовано: 12.09.2015

Los recientes acontecimientos que tienen lugar en Yemen indican que en ese pa?s ya no tiene lugar una operaci?n militar a?rea, sino una guerra real a gran escala con el desplazamiento de tropas por tierra.

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Una de las particularidades de esta guerra es que en ella oficialmente participan varias monarqu?as ?rabes – Arabia Saudita, los Emiratos ?rabes Unidos, Bahrein y Qatar. Pr?ximamente est? previsto el envi? de contingentes militares de Egipto, Sud?n y posiblemente, de otros pa?ses ?rabes. Y aunque algunos de estos pa?ses ya participaron en operaciones militares, todas estas tuvieron una escala m?s reducida, y se realizaron “bajo el paraguas” de EEUU o la OTAN. La caracter?stica principal del conflicto yemen? es presentar las cosas de tal forma que Arabia Saudita sea considerada el pa?s l?der de esta intervenci?n, (aunque, es m?s que obvio que sin la ayuda de Washington y otros gobiernos interesados, el ej?rcito saud? no puede convertirse en una fuerza real.

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Como es sabido, la guerra emprendida por la “coalici?n ?rabe” liderada por Arabia Saudita contra los rebeldes en Yemen comenz? 26 de marzo 2014. Y las razones que obligaron a las monarqu?as del Golfo a emprender este paso tan radical fueron varias. Entre ellas:

1) Tratar de involucrar a Ir?n en una guerra, y de esta forma, frustrar las entonces negociaciones entre Teher?n y las potencias occidentales sobre el programa nuclear iran?;

2) Las luchas internas entre las elites saud?es, en particular, la pugna entre el actual rey saud? Salman y el pr?ncipe Mutaib bin Abdullah, jefe de la Guardia Nacional. Mutaib y el pr?ncipe Bandar bin Sultan, ex jefe del servicio de inteligencia saud? se han unido para crear una situaci?n cr?tica al rey, y en cierta medida, han logrado su objetivo;

3) La reacci?n de Riad a la sublevaci?n de los rebeldes en Yemen lo que debilit? sensiblemente la influencia saud? en el territorio yemen?. En poco tiempo, el movimiento “Ansar Allah” expandi? su influencia en el pa?s. La ocupaci?n de la capital San?, que oblig? la huida del presidente yemen? A. Hadi, fue un acontecimiento completamente inesperado para el gobierno de Riad.

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Sin embargo, al informar sobre la crisis yemen?, muchos medios de prensa, sin saberlo, o intencionalmente “olvidan” destacar un hecho muy importante. Las manifestaciones pac?ficas promovidas por los “hutis” en varias provincias, en agosto de 2014, en rechazo a la anulaci?n de los subsidios a los productos derivados del petr?leo impuesta por el gobierno. Esta medida antipopular provoc? un fuerte aumento de los precios de la gasolina, lo que, de hecho, desat? la crisis.

Inicialmente, la demanda principal promovida por los manifestantes, no s?lo los “hutis”, sino tambi?n por otros movimientos pol?ticos, fue la anulaci?n de la ley (que suprimi? los subsidios), y despu?s de que fuera ignorada est? reivindicaci?n, los manifestantes exigieron la dimisi?n del gobierno considerado corrupto. Sin embargo, las autoridades trataron de silenciar las voces de protesta, es decir, en Yemen comenz? el mismo proceso que hab?a ocurrido anteriormente en otros pa?ses ?rabes. Pero aquello que fue posible en algunos pa?ses durante la “primavera ?rabe”, por alguna raz?n result? imposible en Yemen …

En enero de 2015, los l?deres del movimiento “Ansar Allah” presentaron al presidente Hadi una serie de reivindicaciones que inclu?a: “corregir algunas enmiendas a la nueva Constituci?n y la eliminaci?n de todos los art?culos de la Carta Magna que fueran objeto de controversias.” Tambi?n se hizo hincapi? en la pronta realizaci?n de las conclusiones adoptadas por el Congreso sobre el Di?logo Nacional y la implantaci?n de medidas inmediatas para afrontar importantes problemas de seguridad. Este ?ltimo punto, se refiri? en particular a la situaci?n en la provincia de Marib, donde estaban atrincherados militantes de la guerrilla “Al-Qaeda en la Pen?nsula Ar?biga” (AQAP).

Pero ninguna de estas reivindicaciones se cumpli?. Por otra parte, aparecieron evidencias de cooperaci?n entre el gobierno de Hadi y la guerrilla AQAP. Esas evidencias, reforzaron las sospechas de los rebeldes de que el gobierno simplemente quer?a entregar el pa?s a “Al-Qaeda”, por lo que los rebeldes emprendieron un r?pido avance para controlar el pa?s. Pr?cticamente son muy pocos los que prestaron atenci?n al hecho de que las tropas rebeldes (sin ning?n tipo de armamento pesado) lograron tomar el control de la mayor parte del territorio de Yemen en unos cuantos d?as y pr?cticamente sin librar ning?n combate importante. Esto significa solo una cosa, que el presidente Hadi no contaba con un apoyo serio en el pa?s, incluso entre la ?lite militar.

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Y despu?s de perder todo lo que fue posible en Yemen, y sin ning?n mecanismo para influir en la situaci?n, el gobierno de Riad opt? por la aventura de la intervenci?n. Como ya se dicho, uno de los objetivos fue obligar a Ir?n a emprender pasos concretos, pero ese plan fracas?. Hasta el momento, Arabia Saudita no ha podido presentar pruebas concretas que demuestren la participaci?n directa de Teher?n en el conflicto en Yemen, y tambi?n fracaso su intento de presentar a Ir?n como el “instigador principal” de la rebeli?n yemen?.

A Riad le qued? solo una opci?n, aniquilar el movimiento rebelde (o por lo menos obligar a las milicias retroceder en el norte de Yemen) y devolver el poder a Hadi. Y puesto que ni la guerrilla AQAP, ni ciertas tribus del sur pueden realizar esta tarea, se decidi? crear una coalici?n, que finalmente qued? integrada por una decena de pa?ses.

Adem?s de consideraciones de car?cter puramente militar, la creaci?n de la coalici?n se debi? tambi?n a la comprensi?n de que una intervenci?n contra un estado isl?mico perpetrado por un solo pa?s, no solo conducir?a a la divisi?n del mundo ?rabe-musulm?n, sino tambi?n que podr?a debilitar enormemente la credibilidad y reputaci?n de Arabia Saudita. Creando la coalici?n, Arabia Saudita, pudo dar a esa operaci?n militar un car?cter trasnacional y contar con la aprobaci?n la opini?n p?blica.

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Uno de los participantes informales de la “coalici?n ?rabe”, es … Israel. Esto puede parecer una declaraci?n demasiado fuerte, pero hay varias evidencias de la participaci?n de Tel Aviv en el conflicto yemen?. As?, por ejemplo, la poderosa explosi?n que sacudi? la capital yemen? de San?, el pasado mes de mayo. Seg?n expertos, dichas explosiones evidenciaron el uso de bombas de neutrones. Y en la regi?n, el ?nico pa?s que posee ese tipo de bombas es Israel, de donde se desprenden las correspondientes conclusiones posteriores.

Es cierto que se trata de una evidencia indirecta, pero hay m?s. Otro ejemplo que confirma el apoyo de Israel a la “coalici?n ?rabe” son los cazas derribados. Seg?n la prensa occidental especializada en asuntos militares, “los aviones F-16 de fabricaci?n estadounidense abatidos en Yemen el pasado mes de junio pertenec?an al Israel”. Tras estudiar los fragmentos de dos de los aviones derribados, los expertos militares concluyeron que esos cazas no pertenec?an a ninguna Fuerza A?rea de los pa?ses ?rabes, incluso Arabia Saudita. En la regi?n el ?nico pa?s poseedor de este tipo cazas es Israel. Los expertos occidentales, indicaron que el F-16 destruido, probablemente fue uno de los “50 aviones de combate entregados a Israel por el entonces presidente estadounidense, Bill Clinton”.

Tambi?n es importante destacar que a mediados de verano, la prensa inform? sobre un viaje a Tel Aviv del pr?ncipe heredero de Arabia Saud?, Mohammed Bin Naif (que cuenta con el apoyo de EEUU). Tambi?n se supo que el mantenimiento t?cnico de la aviaci?n de guerra saud? se realizar? directamente en el territorio de Israel …

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Una sorpresa inesperada y muy desagradable para los saud?es fue la adhesi?n al bando de los rebeldes de fuerzas militares leales al ex presidente yemen? A. Saleh. Lo curioso es que antes y durante la “primavera ?rabe”, Saleh contaba con el apoyo incondicional del gobierno saud?, mientras que los “hutis” ya combat?an al r?gimen de Saleh desde 2004. Los “hutis” apoyaron la revoluci?n que oblig? a Saleh renunciar al cargo de presidente y refugiarse en Riad. Posteriormente, el ex presidente se consider? enga?ado y abandonado, y regres? al pa?s para formar parte de la resistencia antisaud?.

Por cuanto el ej?rcito de Yem?n en su mayor?a est? integrado por oficiales leales a Saleh, las tropes yemen?es, apoyan a los rebeldes y participan en los combates contra las fuerzas de la coalici?n saud?.

Otra gran sorpresa para Riad fue la consolidaci?n de la poblaci?n yemen?, cuya gran mayor?a condena el brutal bombardeo que la Fuerza A?rea de la coalici?n ha sometido al territorio de su pa?s. Seg?n testigos, la sociedad yemen? se ha solidarizado al sentirse agredida por Arabia Saudita, aliado de EEUU y es conciente de que su patria corre el peligro de convertirse en otro Irak o Siria, m?s que todo por la expansi?n de organizaciones extremistas por las provincias del pa?s. La poblaci?n ha comenzado a organizarse incorpor?ndose a las agrupaciones rebeldes, mientras que el ej?rcito de Yemen instruye a la poblaci?n en actividades de guerra.

Otro golpe para Riad (esta vez pol?tico) fue la declaraci?n aprobada por m?s de 15 movimientos y partidos pol?ticos yemen?es de apoyo a la insurgencia en su lucha por la defensa del pa?s de la agresi?n de la coalici?n y del movimiento terrorista “Al-Qaeda”.

Por lo tanto, se puede decir que el movimiento “Ansar Allah” se ha convertido en una fuerza leg?tima, que bien puede representar a Yemen en el ?mbito internacional.

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La reciente ofenciva, en la que fuerzas leales al presidente Hadi tomaron el control de la ciudad de Ad?n y varias provincias del sur del pa?s, aparentemente supone un viraje radical en el desarrollo del conflicto. Sin embargo, existen aspectos importantes cuya omisi?n impiden tener una imagen completa de la situaci?n que impera en el pa?s:

A) En primer lugar, el ?xito de la coalici?n se debe principalmente a la participaci?n de fuerzas extranjeras en los combates; y si en la fase inicial este hecho se ocult?, e incluso se neg? categ?ricamente, ahora se reconoce p?blicamente que por lo menos 5.000 soldados de la coalici?n (y seg?n los ?ltimos datos, ya m?s de 10.000 hombres) participan en las hostilidades; y aunque hay que tener en cuenta su armamento pesado y aviaci?n, no obstante es evidente que la coalici?n no ha tenido, ni tampoco ha podido establecer reservas b?licas importantes en Yemen.

B) En segundo lugar, las agrupaciones armadas que actualmente est?n luchando contra los rebeldes en Yemen, no est?n consolidadas y cada una de ellas tienen objetivos propios; as? por ejemplo, los miembros del movimiento “Herak” combaten por la separaci?n del sur del pa?s y descartan cualquier ofensiva hacia el norte. El movimiento “Islah” (“hermanos musulmanes” yemen?es) rechazan la divisi?n del pa?s; y la guerrilla “Al-Qaeda” anuncia planes para abrir un frente de combate propio contra todos los dem?s.

C) En tercer lugar, cada una de estas agrupaciones armadas tiene diferente “protectors”: “Herak” es apoyado por los Emiratos ?rabes Unidos (que tambi?n trata de mantener buenas relaciones con Saleh, por lo que es criticado por Riad); las autoridades saud?es han establecido contactos con representantes del movimiento “Islah” (a pesar de que algunos de ellos estaban en el lado de los rebeldes); Los Emiratos ?rabes desaprueban el fortalecimiento de la “Hermandad Musulmana” en Yemen, y fomentan el enfrentamiento de su protegido movimiento “Herak” contra “Islah”.

D) En cuarto lugar, incluso dentro de los pa?ses miembros de la coalici?n no hay una postura com?n sobre el futuro de Yemen: por ejemplo, entre la ?lite saud? hay serias contradicciones al respecto – algunos quieren continuar la guerra hasta el final, mientras que otros est?n dispuestos a aceptar la divisi?n de su vecino del sur.

E) Por ?ltimo, otro aspecto importante son los intereses de otras “figures”: por ejemplo, los Emiratos ?rabes quieren dividir a Yemen en dos partes; como ya se ha mencionado, los saud?es no tienen una postura com?n; mientras que los planes de Tel Aviv o de Washington – son un tema aparte …

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Por lo tanto, los ingenuos argumentos de una lucha de “sunitas contra chiitas” o viceversa, no reflejan la realidad actual esa mara?a de contradicciones que se tejen en torno a la crisis en Yemen. Desafortunadamente, los intereses y ambiciones personales, adem?s de las ansias de poder de las elites y movimientos pol?ticos les impide reconocer la enorme velocidad con la que van cayendo al precipicio de un conflicto sangriento de todos contra todos.

Pero lo que m?s asombra es que la existencia en el mapa del mundo de “puntos calientes” como Irak, Siria o Libia no detiene a nadie. Porque esos pa?ses se convirtieron en focos de inestabilidad literalmente a la vista de todos, y con la participaci?n directa de todos los pa?ses que actualmente participan en la aparici?n de otro “agujero negro”, esta vez en Yemen. Sin compender que tarde o temprano, el turno le puede tocar a cada uno de ellos …

Timur Fatehov, experto de

Muslim Politic

 

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