El Magreb y el Sahel como escenario de nueva lucha ideol?gica

En medio de los acontecimientos en Libia, en 2011, la entonces secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, durante una reuni?n con el ministro espa?ol de Asuntos Exteriores subray? que las amenazas contra Europa proferidas por el l?der libio Muamar Gadafi no detendr?an las operaciones militares de la OTAN en Libia, cuyo objetivo era “proteger a la poblaci?n civil”…

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Los resultados de esa aventura de la OTAN en Libia ya est?n a la vista. Una guerra civil que no acaba nunca, la propagaci?n del radicalismo y la inestabilidad a los pa?ses vecinos; la desaparici?n de Libia como estado; y la aparici?n del fen?meno de los “se?ores de la guerra”, con la consecuente lucha entre ellos, lo que de hecho, ha arrastrado a todas las fuerzas pol?ticas existentes en Libia.

En consecuencia, en el lugar geogr?fico en el que antes existi? un pa?s fuerte y estable apareci? una especie de “agujero negro”. Y debido a la inexperiencia y la falta de un programa claro y una visi?n adecuada de la situaci?n, incluso los partidos moderados y los movimientos pol?ticos libios no pueden garantizar la estabilidad del pa?s (o lo que queda de ella). Pero lo m?s importante, es que casi nadie entiende lo que est? sucediendo en Libia en el contexto de la pol?tica mundial. Todo esto crea condiciones favorables a los movimientos radicales predominantemente del ala “takfirista”, que en general, han adquirido mucho impulso en todo el Oriente Medio.

En este sentido, no se puede pasar por alto la “negra” popularidad que goza la organizaci?n EIIL (EI), que es motivo de preocupaci?n de muchos movimientos “salafistas”, que entienden que el “Estado Isl?mico”, simplemente usurp? el derecho de enarbolar la consigna del “Califato”. Pero esto, es apenas una “cara de la moneda”, porque adem?s, existe la organizaci?n “Al-Qaeda” y otros grupos extremistas, que, en esencia, como el EIIL, tambi?n profesan el “takfirismo”, pero no quieren incorporarse a esa nueva fuerza.

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Teniendo en cuenta la situaci?n de crisis en el norte de ?frica, y la incapacidad demostrada tanto por los pa?ses ?rabes, como por la oposici?n para resolver el caos en Libia, los salafistas y otros movimientos radicales tienen muchas oportunidades de afianzarse en la regi?n del Magreb, incluso en el plano pol?tico. Actualmente, los representantes de estas agrupaciones est?n dedicados a encontrar su lugar en medio de la tormenta de acontecimientos que ocurren en esa regi?n. Por un lado, procuran convertirse en “protagonistas” importantes en sus pa?ses. Por otra parte, no pueden renunciar a sus r?gidas posturas, lo que los obliga a emprender acciones muy diferentes.

Como demostraron los acontecimientos ocurridos en Egipto y T?nez (incluidas las elecciones en 2011), la inclusi?n en los procesos democr?ticos ocasion? la fragmentaci?n de las fuerzas “salafistas”. Y en el futur?, esa division posiblemente ser? m?s fuerte, dando lugar a la aparici?n de nuevas agrupaciones que opten por el radicalismo, la clandestinidad y rechacen las reglas de la lucha pol?tica. En la b?squeda de ejemplos no hay que ir muy lejos – la propia organizaci?n EIIL es el resultado de las aspiraciones de una parte de los grupos radicales de afianzarse en el mapa mundial, rechazando de antemano “el juego democr?tico”. Aunque, evidentemente, que en la aparici?n del EIIL influyeron otros factores como la coincidencia de intereses entre “takfiristas” y ex “baasistas”.

Es evidente que muchos movimientos radicales de todo el mundo est?n observando con mucha atenci?n los procesos que actualmente ocurren. Impera la opini?n que el EIIL ha impuesto nuevas “reglas de juego”. Y no obstante, no puede pasarse por alto que por lo general, los servicios secretos occidentales manipulan a los movimientos “takfiristas”, aprovechando sus actividades destructivas para crear situaciones de crisis a nivel de regional.

Es interesante destacar que para algunos, esa manipulaci?n puede tener consecuencias impredecibles. Por ejemplo, todo el mundo sabe el muy difundido apoyo proporcionado por Occidente, los pa?ses ?rabes y Turqu?a a las fuerzas de la oposici?n en Siria. Pero a consecuencia de ese apoyo, surgi? un nuevo monstruo que ha comenzado a devorar tanto a la oposici?n “moderada” como a los radicales. La manipulaci?n del nuevo monstruo “takfirista” esta influyendo en el mundo ?rabe y la propia Turqu?a. De hecho, podemos decir que manipuladores a niveles superiores comprometieron a sus aliados temporales.

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En cuanto a la regi?n del Magreb, es importante analizar la situaci?n de Marruecos. Este pa?s se diferencia de sus vecinos en varios aspectos. En primer lugar, Marruecos es un reino, circunstancia que lo aproxima a las monarqu?as ?rabes. En segundo lugar, Marruecos tambi?n se ha visto afectado por la “primavera ?rabe”, y en esto es muy parecido a T?nez o Egipto.

Sin embargo, la diferencia principal es que el gobierno de Rabat ha “compartido” el poder con las fuerzas revolucionarias, y en esencia, ha obtenido una importante ventaja pol?tica ante la oposici?n. En efecto, por una parte, el gobierno conserv? el control sobre muchos instrumentos de poder, mientras que por el otro lado, “comprometi?” a la oposici?n al delegarle la soluci?n de los problemas m?s complejos del pa?s.

Pero al igual que otros pa?ses ?rabes, desde el punto de vista geopol?tico Marruecos no es un ente independiente. De hecho, Rabat, est? ligado a uno de los grupos importantes que act?an a nivel global. Se trata del clan Clinton. Como destacan los medios de prensa occidentales, la familia Clinton tiene antiguas y ventajosas relaciones con Marruecos.

As?, s?lo en los ?ltimos a?os, el gigante de fosfato marroqu? Office Cherifien des Fosfatos (empresa de estatal) don? al fondo Bill Clinton 6 millones de d?lares. Y, cuando en la ciudad de Marrakech se celebr? una reuni?n del Fondo Clinton, el gobierno marroqu? destin? uno de sus palacios para Bill Clinton y su hija Chelsea.

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?Intercedera alquien en defensa del gobierno marroqu? si de repente las agrupaciones radicales desatan una oleada de protestas en el Magreb? Teniendo en cuenta que precisamente en esta regi?n tradicionalmente es muy fuerte la influencia de la organizaci?n AQMI, una de las filiales de “Al-Qaeda”, y la organizaci?n EIIL que cada vez se fortalece con el ingreso de muchas agrupaciones extremistas.

La existencia de un desierto d?bilmente defendido es un factor que determina condiciones favorables para la aparici?n de agrupaciones takfiristas, especialmente el establecimiento de bases en la retaguardia de los desiertos de Mal?, N?ger y, por supuesto, Libia.

Por otra parte, en los ?ltimos a?os es considerable el fortalecimiento de ?nimos radicales entre las poblaciones de pa?ses como Mauritania, Senegal, N?ger, Nigeria, Chad, Camer?n, Rep?blica Centroafricana, Kenia, Tanzania y hasta Yibuti.

Es muy probable que el constante ingreso en las filas de las agrupaciones radicales de j?venes descontentos con su bajo nivel de vida, la ubicaci?n geogr?fica y las alianzas con contrabandistas y las tribus locales, permitir?n a los radicales controlar el desierto y aprovechar al m?ximo sus recursos econ?micos. Esto, a su vez, permitir? a los radicales no solo comprar armas, sino tambi?n controlar con sobornos a funcionarios p?blicos, militares y polic?as.

Los factores anteriormente descritos permiten perfilar la aparici?n de un poderoso enclave de extremismo en esta regi?n en el futuro. En la actualidad, en el seno de un amplio espectro de organizaciones, movimientos y c?lulas que hasta ahora no hab?an optado por la opci?n terrorista, est? surgiendo una nueva generaci?n de l?deres carism?ticos.

Es muy dif?cil pronosticar el futuro de la situaci?n pol?tica en el Magreb y en el Sahel. El fortalecimiento del “takfirismo”, la existencia del EIIL, y la incapacidad de las ?lites locales de comprender la realidad e implementar mecanismo para prevenir futuros desastres pueden crear un fen?meno nuevo en esta parte del continente africano.

Porque en el Magreb y el Saleh la ideolog?a takfirista se difunde con mucha rapidez. Y el descalabro sufrido por los “Hermanos Musulmanes” cuya ideolog?a se perfilaba como una alternativa para muchos disconformes, de forma muy fuerte aceler? y reforz? la difusi?n de posturas radicales.

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?Podr?n los musulmanes encontrar otra plataforma ideol?gica que pueda frenar el avance del “takfirismo”, y que tambi?n proponga proyectos reales para cambiar la vida de la poblaci?n? De esto en mucho depende cual ser? la variante que elegir? los moradores del Magreb y el Saleh. La v?a de la destrucci?n y el caos, o el camino de la creaci?n y el progreso…

Timur Fatekhov, experto de

Muslim Politic