Como se afirm? en la primera parte ?ste art?culo, una de las principales consecuencias de la pandemia del coronavirus pueden ser las transformaciones econ?micas, que, a su vez, de forma similar al “efecto domino” afectar? a la pol?tica, o m?s bien, a la geopol?tica. Y uno de esos cambios geopol?ticos puede ser el fortalecimiento de las tendencies aislacionistas en oposici?n a las tendencias globalistas …
Hay que destacar que como otras tendencias pol?ticas emergentes, la tendencia a favor del “aislacionismo”, que se hizo popular despu?s de la elecci?n de Donald Trump y la victoria de los partidarios del Brexit, en Reino Unido, se consolid? en los a?os 2019-20. Es decir, en este caso, el brote de la epidemia result? muy a prop?sito.
Adem?s, es dif?cil pronosticar el resultado de las elecciones en los Estados Unidos, y mientras esos comicios no ocurran, los partidarios del “aislacionismo” en el equipo de Trump intensificar?n sus esfuerzos para excluir a EEUU del modelo globalista. De esa forma, la Casa Blanca no solo ha cerrado las fronteras externas y bloqueado el acceso a la inmigraci?n, sino que tambi?n ha suspendido la emisi?n de permisos de residencia. Contin?a la retirada gradual de sus tropas de varias regiones: Afganist?n, Siria, Irak y pa?ses africanos …
Los portaaviones y las bases militares estadounidenses en el exterior se han convertido en otro problema adicional. En algunos casos (como con los portaaviones) a consecuencia del coronavirus, en otros (como, por ejemplo, en Corea del Sur), por contenciosos puramente econ?micos. Finalmente, adem?s del “poder de la fuerza”, se han restablecido otras formas de influencia, como los denominados “Cuerpos de Paz”, considerados parte del “poder blando”.
Otro aspecto no menos importante, y quiz?, uno de los m?s determinantes es la ruptura de las cadenas de comercio y de producci?n. Lo que en mayor medida puede contribuir a la realizaci?n del “sue?o de Trump”: el retorno de la produci?n y los negocios a EEUU y, en consecuencia, el desarrollo de la producci?n nacional. Pero si este proceso se pone en marcha en EEUU, entonces es obvio que ocurrir? tambi?n en otros pa?ses, porque esa tendencia es uno de los componentes del “aislacionismo”. Por lo tanto, el brote de SARS-CoV-2 puso en marcha y aceler? todos estos procesos que desde hace varios a?os se estaban produciendo.
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Cabe se?alar que el colapso del sistema globalista no excluye en absoluto la posibilidad de construir un nuevo sistema global. Como se cit? anteriormente, a veces para construir algo, es necesario destruir algo. En este sentido, el debilitamiento, y tal vez incluso el colapso de la Uni?n Europea (UE) se ajusta a la l?gica del proceso. Para la UE la pandemia de coronavirus puede desempe?ar un papel catalizador mucho m?s fuerte que el Brexit. Es decir, la esencia de lo que est? sucediendo no est? determinada por eventos espec?ficos, sino por tendencias: son ellas quienes determinan el vector de direcci?n, y no al contrario. Por lo tanto, si un catalizador no es suficiente, aparecer? otro, y posteriormente, si es necesario, aparecer? un tercero, etc. Hasta que el proceso no comience a desarrollarse por completo.
Y sin embargo, ?Qu? fin se persigue con el posible colapso de la Uni?n Europea? A esta pregunta puede haber varias respuestas. Por ejemplo, destruyendo a la Uni?n Europea se pueden provocar varios conflictos armados, tanto internos como externos. Y el principal beneficiado en estos conflictos ser? quien intervenga en el momento adecuado.
Y si simult?neamente a esto se asestan golpes al resto de competidores, y no necesariamente usando “el poder de la fuerza”, entonces en el nuevo mundo post-virus la ventaja estar? de parte de aquel que se haya enmarcado en ese escenario como si fuese el suyo propio.
Si esta hip?tesis es correcta, en los pr?ximos a?os podemos esperar el colapso gradual de la UE; el reforzamiento de las tendencias separatistas en el seno de los pa?ses europeos; la aparici?n de nuevos y / o el reinicio de antiguos confictos o “puntos candentes” (principalmente en los Balcanes); La presentaci?n de reclamaciones econ?micas y pol?ticas espec?ficas contra pa?ses europeos desde el exterior.
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En cuanto a otras regiones como, Eurasia, Asia, ?frica, Australia, Am?rica del Norte y del Sur, lo m?s probable es que una parte de pa?ses intente unirse en grupos regionales; otros se transformen en “estados policiales”; y algunos se conviertan en focos de desestabilizaci?n con su econom?a en ruinas (suspensi?n de pagos), desastres naturales (sequ?a, incendios) y conflictos internos permanentes (extremismo, separatismo …).
La “versi?n transnacional” puede ser real o no, pero en la presente etapa, cada uno de los pa?ses (o m?s bien, cada r?gimen en el poder) est? tratando de usar la situaci?n actual en su propio beneficio. En este caso, es possible incluso que alguno sab?a, o al menos contempl? la posibilidad de que este tipo de escenario pudiera producirse, y por lo tanto se prepar? para ello con anticipaci?n. Otros est?n intentando acomodarse sobre la marcha para al menos mantenerse a flote.
Pero si hay un organizador detr?s de todo lo que est? ocurriendo y su plan contempla el colapso del sistema para construir un nuevo caparaz?n, entonces cada uno de los potenciales jugadores debe quedar debilitado de la mayor manera posible. Y en este caso, incluso las zonas monetarias regionales no tendr?n el potencial suficiente para acumular posibilidades ?ptimas en la lucha por la competividad.
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Por lo tanto, las consecuencias pol?ticas de la pandemia pueden ser muy, muy graves, tanto para los pa?ses por separado como para el mundo entero. Y todos aquellos que no puedan pasar por el filo de navaja que supone la presente etapa corren el riesgo de quedar en condiciones muy dif?ciles, tanto bajo la amenaza del colapso econ?mico y su endeudamiento ante las entidades internacionales, como el colapso pol?tico del pa?s, incluso hasta la p?rdida completa de su institucionalidad …
Agencia de estudios geopol?ticos “Manara”
Muslim Politic