Oriente Medio puede convertirse en una región inhabitable

Опубликовано: 13.10.2021

Oriente Medio puede convertirse en un lugar inhabitable no solo por los conflictos armados y las crisis políticas internas, sino también por la incapacidad de afrontar los cambios climáticos que se están incrementando exponencialmente en todo el mundo …

Según la prensa, este verano algunos países de Oriente Medio “se han convertido en algo parecido a barriles de pólvora a punto de estallar. Las altas temperaturas y la severa sequía en la región han provocado incendios en los bosques y la atmósfera en las ciudades se ha vuelto insoportablemente sofocante”.

Así, el pasado mes de junio, en Kuwait se registraron temperaturas de 53,2 grados centígrados, mientras que en Omán, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita, la temperatura se elevó por encima de los 50 grados. En julio, las temperaturas en Irak alcanzaron los 51,5 ° C y en Irán rozaron los 51 grados.

Lo peor es que esto es apenas el comienzo del problema. La tasa actual de calentamiento en Medio Oriente es el doble del promedio mundial, y para el año 2050, la región será 4 grados más caliente que el límite de supervivencia del planeta establecido por los científicos, que es de 1,5 grados.

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Según el Instituto Max Planck de Alemania, para finales de este siglo, muchas ciudades de Oriente Medio pueden convertirse en “inhabitables” principalmente porque la región está desgarranda por las guerras y conflictos, y además no está preparada adecuadamente para afrontar los problemas climáticos.

Jos Lillifeld, un experto en clima de Oriente Medio y el Mediterráneo, señala que la región de Oriente Medio ha superado a la Unión Europea en emisiones de gases de efecto invernadero: “En muchas ciudades de Oriente Medio, las temperaturas han aumentado considerablemente por encima de los 50 grados centígrados. Si nada cambia, en el futuro las ciudades podrían estar expuestas a temperaturas en torno a los 60 ° C. Y esto será extremadamente peligroso para las personas no tengan acceso al aire acondicionado”.

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En algunos países como Irán, Irak, Líbano, Siria y Yemen, el aire acondicionado se ha convertido en un lujo incluso para personas relativamente pudientes. Estos países, agobiados por las guerras, las sanciones económicas occidentales y élites gobernantes, recientemente han sido escenario de protestas populares masivas.

Por ejemplo, en Irak, la gente ya está saliendo a las calles debido a los problemas energéticos, agravados por las condiciones climáticas cambiantes. La ciudad de Basora, rica en petróleo, en el sur de Irak, está experimentando recortes de energía prolongados, por lo que esta urbe se ha convertido en un foco permanente de manifestaciones populares. Además, elementos interesados en agravar la situación cometen atentados contra las centrales eléctricas privando a la población del suministro eléctrico y, por lo tanto, del aire acondicionado. Y todo esto se desarrolla en un contexto general de inestabilidad política.

Una situación parecida está teniendo lugar en el Líbano, donde la población se enfrenta a muchas crisis y cada vez se siente más frustrada por la incapacidad de la élite política de resolver problemas urgentes. El pasado 12 de agosto, el Banco Central agravó aún más la situación tras eliminar los subsidios a los combustibles. Como resultado, se impuso el racionamiento eléctrico en muchas zonas del país, incluso para los habitantes de los barrios ricos que ahora deben soportar temperaturas asfixiantes sin aire acondicionado.

Ya en 2005, en el desierto de Deshte-Lut, en Irán, se registró la temperatura máxima absoluta en la Tierra (+ 70,7 ° С), y sus valores promedio continúan aumentando. Esto conduce a una serie de problemas, incluidos los relacionados con el problema del agua. En consecuencia, en la provincia suroccidental de Juzestán, manifestantes bloquearon carreteras y quemaron neumáticos para protestar por la escasez de agua.

En Siria, la sequía ocurrida entre los años 2006 y 2011 profundizó la brecha socioeconómica entre las zonas rurales y urbanas, y según varios expertos, este factor fue una de las razones del estallido del conflicto sirio. Es evidente que hubo otras razones, pero la sequía, que provocó una mala cosecha y, como resultado, una subida de los precios de la harina, sin duda acrecentó el descontento popular y arrastró a las calles a una parte de la población.

Por lo visto, la prolongada guerra en Yemen, parece haber agravado la crisis del agua, ya que las fuentes de agua subterránea están disminuyendo rápidamente en el país y la población local de forma masiva sufre la falta de este elemento vital. El suministro anual de agua per cápita es de solo 120 metros cúbicos, en comparación con el promedio mundial de 7.500 metros cúbicos per cápita.

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Johan Schar, investigador sobre cambio climático del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo, considera que la cooperación regional podría atenuar la crisis del agua y reducir las emisiones de carbono en la región.

Según el experto, “desde el punto de vista de la cooperación regional, lo más importante es el acuerdo sobre el uso y manejo compartido de los recursos hídricos, sean ríos o aguas subterráneas, que paulatinamente serán más escasos y volátiles debido a los eventos climáticos extremos”.

Sin embargo, en lugar de cooperar en el uso de recursos comunes, la región se ve cada vez más sumergida en todo tipo de conflictos. En este contexto, Shar señala: “Los conflictos, la inestabilidad y las sanciones afectan los recursos y la estabilidad política de estos países. Los conflictos obligan el desplazamiento de la población y la pobreza hace que la personas sean más vulnerables a los efectos del cambio climático. La inestabilidad también reduce los recursos y restringe el espacio político para la planificación y la inversión a largo plazo necesarias para la adaptación al cambio climático”.

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Los paralelos entre el cambio climático y la Primavera Árabe siguen siendo objeto de acalorados debates. Sin embargo, existe un vínculo muy claro entre la mala gestión ambiental, la urbanización y los disturbios en las comunidades donde la harina encarece, falta el agua, o el aire acondicionado y otras comodidades.

Causa terror pensar en lo que sucederá en la región si continúa el cambio climático. La perspectiva es que si las formas de liderazgo y gestión siguen siendo las mismas que ahora, la crisis empeorará aún más.

En este contexto los expertos consideran que: “El cambio climático y, en consecuencia, un aumento de eventos climáticos extremos, agudizan los problemas que ocasionan los conflictos regionales. Y esto es un factor adicional que cada vez obliga a las personas a emigrar”.

Pero interminablemente, las regiones más prósperas y prepadas no podrán ni querrán aceptar a más y más colonos nuevos, y los países del Medio Oriente deberían pensar en esto ahora, antes de que sea demasiado tarde …

Muslim Politic

Con en materiales de Foreign Police

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